En estos más de 15 años de acompañar a mujeres y de formarme en diferentes áreas de la salud, he comprendido que el sufrimiento y la ansiedad surgen, sobre todo, de las heridas de la infancia y de las enormes exigencias actuales que no nos ayudan a sanarlas.

No podemos cambiar si no entendemos por qué es tan difícil hacerlo y qué cosas tenemos que empezar a “mover” si realmente queremos efectuar la transformación que deseamos.

Este contenido surge de la comprensión de que nuestras emociones, nuestras elecciones, nuestros hábitos, nuestra alimentación, modifican profundamente cada una de nuestras células y nuestra manera de estar en el mundo.

Creo en los procesos.

Creo que nadie cambia de vida, de mente o de cuerpo en 3 días.

Pero estoy convencido de que en 3 días podemos crear un verdadero espacio de intercambio lleno de información para profundizar en el inconsciente y sentar las bases conscientes para el cambio que queremos que suceda en nuestras vidas.

La mayoría de las personas saben que los malos hábitos y comportamientos provocan enfermedades y complicaciones, pero aun así no se sienten capaces de cambiar. O si inician un proceso de cambio, dan “marcha atrás” o se dan por vencidos porque no se sienten capaces. Sienten que “algo” no está bien en sus vidas, pero que no es algo que realmente puedan modificar, algo que parece estar más allá de su comprensión.

Es importante entender que la enfermedad, muchas veces, surge como consecuencia de malos hábitos emocionales, alimentarios y de conducta que están generando un deterioro de los sistemas más importantes del cuerpo: el sistema inmunológico, el sistema endocrino, el sistema neurológico, el sistema digestivo y incluso el microbioma, que ya empieza a considerarse un sistema complejo.

Y sobre todo entender que el lado emocional inconsciente existe y que nos afecta directamente.