Somos una especie que se adapta al entorno. Muchas veces, sin cuestionarnos si ese entorno es realmente lo que elegimos y lo que mejor combina con quienes somos.

Pensamos, sentimos, actuamos y comemos según lo que ese entorno acepta y define como norma.

Así, nos vamos perdiendo, desdibujando e intoxicando de pensamientos, emociones, acciones y alimentos que no nos nutren.

Nos dejamos convencer por las publicidades y promociones de un estilo de vida “fast food” y de comportamientos de recompensa rápida, que muy por el contrario de facilitarnos la vida y de regalarnos el tan preciado tiempo que venden en sus mentiras de neuromarketing, nos van desnutriendo y dejándonos sin energía para enfrentar los desafíos de la vida actual.

Cada vez que comemos calorías vacías de nutrientes nuestras células necesitan hacer más esfuerzos para realizar sus funciones. Nuestras células se agotan cuando no hay sustratos para funcionar.

¿Y cómo se expresa ese cansancio celular?

Como fatiga física y mental, como inflamación de bajo grado, como falta de concentración y foco, como autoinmunidad o alergias, como dolores musculares y articulares crónicos, como insomnio y dificultad para descansar, como falta de energía para socializar y llevar adelante nuestros proyectos.

Por eso, un proceso de detoxificación busca, a través de los nutrientes adecuados, mejorar la capacidad de nuestras células de “limpiar” el terreno.

En estos 10 días te voy a acompañar en ese camino de autosanación. Notarás que a medida que vayas nutriendo y limpiando tu cuerpo, tu energía va a aumentar, tu descanso va a mejorar, tu inmunidad se va a fortalecer y la conexión con tu interior va a encontrar la tierra fértil para crecer.

Será un camino de exploración, de nuevos nutrientes y sentimientos distintos.

Al mismo tiempo, iniciar un proceso de limpieza física, desencadena una depuración emocional, energética y espiritual.

Te acompaño…